No es suficiente para nosotros amar al Creador y desear alcanzar la unión con Él. Debemos también odiar nuestra maldad y nuestra naturaleza, que es el deseo de auto-gratificación del que la persona es incapaz de deshacerse por sí misma.
Al mismo tiempo, la persona no acepta la postura en que se encuentra. Está consciente de todas las pérdidas que la maldad le ocasiona y de igual forma reconoce la verdad, es decir, el hecho de que solo no podrá encontrar las fuerzas interiores que le permitan librarse de la maldad. La razón es que este atributo fue introducido del lado del Creador, por medio de las fuerzas de la naturaleza.
Para poder salir de nuestro mundo y entrar al mundo espiritual, se necesita llenar algunas condiciones relativas a las percepciones. En primer lugar, tiene que sentir que el estado en que se encuentra es insoportable e intolerable. Llega a experimentar estas sensaciones cuando, aunque sea ligeramente, percibe lo que es la espiritualidad; cuando observa que es contraria a su propia naturaleza.
Por el otro lado, en este mundo existe una segunda fuerza. Esta fuerza nos aleja del estado que cada vez es más y más insoportable y odioso. Cuando alcanzan su máxima presión (es decir, la fuerza espiritual que atrae y la fuerza que aleja a la persona dentro de su estado actual) simultáneamente comprende que no le es posible librarse de su propia maldad; cuando estas tres condiciones se cumplen, ocurre una explosión interna en la persona, y el Creador la salva.
Está al alcance de una persona el poder detestar su maldad. Si lo hace, el Creador lo va a liberar de ella. El Creador salvaguarda a las almas, y Su protección consiste en salvarlas del yugo de la maldad. Cuando una persona tiene aunque sea una frágil conexión con el Creador, es muy afortunada.Todos los estados espirituales por los que atraviesa una persona no desaparecen. Más bien, continúan existiendo a su manera. Siempre es posible regresar a ellos, para corregirlos lo más posible, utilizarlos para seguir avanzando.
La única forma de corregir la maldad y ponerse bajo el gobierno de la santidad del Creador es con la ayuda de la aversión.
Si alguien experimenta un estado de insatisfacción, indiferencia, y siente que algo anda mal, quiere decir que ya se está conectando con el siguiente nivel, pero aún no lo corrige. Cualquier estado empieza con oscuridad.
El avanzar nunca ocurre sin estos elementos. Lo único que permite al individuo alcanzar la línea de en medio es la presencia de dos estados contrarios.
Texto del Campus para estudiantes de "Kabbalah Bnei Baruch"
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SHALOM !!!
M.S.