quizás porque las palabras siempre me han cautivado más que los Números y sobre todo, porque no había entendido que los Números pueden decirnos más cosas de las que podemos imaginar.
Más allá de los Números, están las frases ocultas, lo que se lee entre líneas, aquellas líneas que tienen que ver con las matemáticas.
Las líneas se mezclan entre las letras realizando una especie de secuencia ilimitada para dar por resultado formas de pensamiento. Así, las líneas pueden crear todo un mundo. Líneas rectas, paralelas, tangenciales, cruzadas, convergentes, distorsionadas, fugaces, efímeras, negras, trasparentes, imaginarias, voluntarias, inequívocas, razonadas, intangibles, curvas, circulares, infinitas.
Líneas que trazan cuerpos, ideas, sexos, sombras. Líneas en el mundo, en el ombligo, en las trincheras, en el cerebro, en las letras, en la historia, en la columna vertebral y hasta en los sueños, desde el nacimiento hasta la tumba: Líneas.
Hoy, te puedo decir que
amo los Números, sus posibles combinaciones y significados y me apasionan tanto como a las letras. Ahora tengo realizadas muchas Numerologías y he dado cursos.
Entrar al estudio de la Numerología, me llevo a descubrir toda aquella fuerza que existe en la vibración de tu fecha de nacimiento y de tu nombre y ello me llevo a estudiar Kabbalah y ahora Psicogenealogía. Todo esto me ha motivado tanto que hasta el día de hoy tengo muchas alumnas y he realizado aproximadamente unas 500 Numerologías completas.
Mi camino como escritora comenzó a expandirse y diversificarse cuando comencé a estudiar Numerología y hoy, así como tengo la certeza de que la palabra tiene poder, sé que los Números también lo tienen, y pude descubrir todo aquello que no se ve, o no se lee, sino que permanece oculto, a eso se le llama esotérico.
Esos mundos intangibles que están tan próximos a nosotros, por lo general no accedemos a ellos por estar dormidos, en otro canal u ocupados en otros menesteres.
Esos mundos me han llevado de la mano para poder acceder a otro tipo de conocimiento que no lo dan los libros, mucho menos la escuela; ese conocimiento se extrae de la fuente, se absorbe de forma regular cuando uno empieza a estar conectado al flujo natural de la existencia.
Y al hablar de ese poder el cual se puede transformar en creaciones artísticas o expresiones literarias, quiero hacer referencia al poder de la palabra ya que para mí siempre ha tenido un influjo poderoso que me ha llevado a considerar: somos lo que pensamos y tus pensamientos tienen el poder de transformar el mundo.
En mi mundo interior las palabras fluyen por mis venas y tienen que salir de mi cuerpo para poder seguir existiendo sin llegar a la locura, porque el flujo intenso de cualquier proceso mental o de creación debe tener una salida y la mía es escribir. Hablando de ese poder que tiene la palabra podemos deducir:
La palabra puede ser una sutil flecha que hiere en lo más profundo, un dardo venenoso que puede revertirse, una ráfaga que puede ser una caricia letal, un absurdo juramento pronunciado sin entender, una promesa que encadena, un abrazo que sostiene tu vida, un mecanismo de defensa, una cruel incertidumbre, un parto silencioso, una válvula de escape, un orgasmo delicioso, el primero y último hálito de vida. Es por eso que el entender los Números con palabras encuentras un sentido mágico en ellos.
“Laberinto del oído, lo que se dice se desdice del silencio al grito desoído. Inocencia y no ciencia: para hablar, aprende a callar” O. Paz.
Lo mismo ocurre con el silencio y tal vez tenga la misma fuerza creativa o destructiva que la palabra, el silencio puede lastimar, quebrantar, debilitar al enemigo, dividir a las familias, crear confusión entre los miembros de un partido, convencer o disolver un conflicto, porque el silencio puede decir todo lo que no podemos definir, descifrar, describir. Ante tanto, mejor callar, recordemos las marchas del silencio.
Si no entiendes mi silencio de nada sirven mis palabras y si no hacemos buen uso de la palabra será mejor enmudecer.
Entre tantas palabras que me ahogan trataré de callar todo aquello que no sea dicho desde la conciencia, pues es más difícil callar a tiempo, que hablar desmedidamente.
Continuará...
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